jueves, mayo 25, 2017

Podemos hoy anticipar el futuro de la humanidad? (segunda parte).

De las repercusiones producidas por el acceso al conocimiento cada vez más extendido, que he mencionado en el artículo anterior, hay algunas que ya están mostrando cambios profundos en la realidad socio política de los países. Fenómenos como el triunfo del Brexit, o la elección de Donald Trump en Estados Unidos de América, entre otros, que no fueron en absoluto anticipados por muchos expertos, muestra que se están produciendo cambios drásticos en la conducta de importante número de electores. El antiguo esquema en que los políticos tradicionales eran capaces de anticipar resultados, y hasta un punto bastante importante, incidir e incluso controlar, a través del manejo de la información, el comportamiento de los votantes, se ve cada vez más debilitado. Hay una capacidad creciente de los ciudadanos de acceder a mucha información (no toda veraz, hay que reconocerlo), pero que en parte sustancial es reflejo de denuncias fundadas, sobre el mal proceder de algunos políticos que han priorizado sus intereses personales por sobre los de sus representados. Ello provoca sentimientos de frustración y rabia en muchos ciudadanos, desafección por la política, y facilita la aparición de candidatos populistas que logran adhesión más en base al sentimiento contrario del votante respecto de los políticos tradicionales, que por méritos propios. No es claro a este punto si este nuevo acceso extendido a la información traerá más efectos positivos o generará más inestabilidad, pero ese es un escenario que en absoluto podemos descartar en lo inmediato. Si bien este análisis se refiere a un aspecto muy focalizado de la realidad socio política de los países tradicionalmente democráticos, los alcances de todo orden que los drásticos cambios que están sucediendo vertiginosamente en el mundo, traerán, más temprano que tarde, repercusiones de todo orden, que por ahora sólo estamos constatando como meros espectadores a medida que se están produciendo.