martes, marzo 17, 2015

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Francia aprobó la sedación terminal pero rechazó la eutanasia.

El Parlamento aprobó la medida con 436 votos a favor, 34 en contra y 83 abstenciones.

Algunos ven la adopción como una "oportunidad perdida" para avanzar a favor de la eutanasia.
Publicado: 19:23 | Autor: EFE

La nueva ley instaura la sedación "profunda y continua" de los enfermos en fase terminal, decidida por el médico y la familia.

Los diputados franceses adoptaron este martes con una amplia mayoría la ley que permite la sedación "profunda y continua" de los pacientes en fase terminal, al tiempo que cerró la puerta a la eutanasia y el suicidio asistido.

La sedación terminal consiste en la administración de medicamentos con efecto sedante a los pacientes terminales, y que, pese a que existe la posibilidad de acelerar el fallecimiento del enfermo si se utiliza, no se considera eutanasia.

El amplio respaldo parlamentario con que fue adoptado el texto -436 votos a favor, 34 en contra y 83 abstenciones- ocultó un tanto la controversia que genera entre las asociaciones pro-vida, que consideran excesiva la ley, y entre los proclives a la eutanasia, que piensan que se queda corta.

La ministra de Sanidad, Marisol Touraine, consideró la ley como "un gran avance" social que va en la línea de lo que había prometido el presidente, François Hollande, durante la campaña electoral que en 2012 le llevó al Elíseo.

En su programa se comprometía a que "toda persona mayor en fase avanzada o terminal de una enfermedad incurable que le provoca sufrimiento físico o psíquico insoportable y que puede ser calmado pueda pedir, en condiciones precisas y estrictas, una asistencia médica para terminar su vida con dignidad".

Muchos, como la Asociación para el Derecho a Morir con Dignidad, lo vieron como una puerta abierta a la eutanasia, aunque ahora reconocen que la frase tiene una medida ambigüedad que dejaba a Hollande las manos libres para legislar.

También se han visto decepcionados por el texto los neocomunistas y los ecologistas, que optaron por abstenerse porque reconocen que hay avances en la ley pero también que "supone una oportunidad perdida" para avanzar en favor de la eutanasia, que según los sondeos respaldan el 80 por ciento de los franceses.

"Por dormir y no la muerte".

La nueva ley sobre el final de vida fue el fruto del trabajo conjunto de un diputado socialista, Alain Claeys, y otro conservador, Jean Leonetti, y de dos jornadas de debates en los que los dos principales grupos acordaron los puntos más polémicos.

Los conservadores estaban muy interesados en que se cerrara la puerta de forma explícita a la eutanasia y el suicidio asistido.

"Hemos optado por dormir y no por dar la muerte", resumió el diputado Leonetti, satisfecho con el resultado obtenido.

La nueva ley instaura la sedación "profunda y continua" de los enfermos en fase terminal, que será decidida por el equipo médico con el acuerdo de la familia.

En ese estado, al enfermo se le retirará todo tratamiento médico, incluida la alimentación y la hidratación hasta que le llegue la muerte, el punto más delicado de la ley, ya que muchos consideran que en esas circunstancias el paciente sufre.

El posible sufrimiento del paciente sin alimentación e hidratación fue también utilizado como argumento por los diputados favorables a la eutanasia.

Testamento vital.

La otra gran medida de la nueva ley se refiere a la imposición del respeto al llamado testamento vital, en el que todo individuo tiene derecho a dejar sus últimas voluntades en caso de encontrarse en fase terminal.

Hasta ahora ese testamento tenía que ser tenido en cuenta por el equipo médico, pero su cumplimiento no era obligatorio.

La ley crea un formulario para expresar esas últimas voluntades, que serán recogidas en un fichero digital para su fácil consulta.

En la actualidad, apenas el 2,5 por ciento de los franceses hace su testamento vital, por lo que los partidarios de la eutanasia consideran que en ese terreno la ley tampoco supone un gran avance.