sábado, junio 18, 2011

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¿Es el "sexting" un síntoma de un trastorno sexual?La tendencia a intercambiar mensajes o imágenes "subidas de tono" a través de celulares o redes sociales se está volviendo cada vez más común.

WASHINGTON.- La historia del congresista demócrata Anthony Weiner ha abierto un debate en EE.UU. sobre el "sexting"” la cada vez más común costumbre de enviar imágenes subidas de tono, y la posibilidad de que sea la punta del iceberg de un trastorno sexual.

La dimisión de Weiner el jueves, tras dos semanas de polémica por la aparición de fotos y mensajes sexuales que envió a través de la red social Twitter, estuvo precedida de un redoble de tambor: El anuncio de que se sometería a un tratamiento para acabar con ese comportamiento.

La búsqueda de ayuda profesional parece normal en el caso de una figura pública a la que ese tipo de conducta le ha costado su carrera, pero para muchos, se trata de una medida desproporcionada para una tendencia aparentemente inofensiva y bastante generalizada.

Al menos el 6% de los estadounidenses mayores de 18 años han enviado alguna vez imágenes sexualmente sugerentes por mensajes de texto, con un desnudo parcial o completo, y el 15% las han recibido, según un reciente informe del centro de investigación Pew.

La conducta de Weiner puede no haberle conducido a cometer una infidelidad física, pero sí denota un carácter compulsivo comparable al que muestran los alcohólicos y los adictos a las drogas o al juego, según el fundador del Instituto de Rehabilitación Sexual de Los Ángeles (California), Robert Weiss.

"Como para quien siente el deseo de beber o de jugarse unas monedas, la adicción al sexo no se trata en realidad del acto físico. Quienes la padecen pasan mucho más tiempo pensando en el proceso de persecución que en el propio acto", dijo.

Weiss, que ha escrito varios libros sobre "cibersexo" y ha tratado a cientos de adictos a esa conducta, calcula que entre el 5% y el 10% de los hombres y el 2% de las mujeres de Estados Unidos practican el "sexting" con cierta regularidad.

Aunque la investigación en este terreno es "escasa", el experto cree que esa tendencia no tiene por qué ser síntoma de una adicción sexual, siempre que sea una "demostración natural y esporádica de la sexualidad", al igual que "quien se emborracha de vez en cuando no tiene por qué ser un alcohólico".

En muchos casos, en realidad, se trata más bien de "una decisión poco inteligente, o poco reflexionada", como la que tomó Weiner al lanzar sus fotos en la red, donde la información se extiende como la pólvora.

Problemas de reputación.

En Estados Unidos ya existen negocios especializados en borrar el rastro de desprestigio que puede dejar ese tipo de conducta impulsiva, como MyReputation.com, que por 130 dólares al año se ofrece a eliminar de la red los deslices de los más despistados.

Pero cuando, como en el caso de Weiner, la adicción lleva a poner en riesgo repetidamente la reputación y la vida personal, se convierte en indicio de un problema emocional que necesita tratamiento, asegura Weiss.

El proceso consiste, en primer lugar, en "analizar la conducta sexual de la persona y comprobar que no tenga otro tipo de problema mental", aunque, en un 90% de los casos, el comportamiento nace de "la tendencia a ignorar problemas emocionales" o a "una infancia en la que se evitaba el contacto físico".

"Weiner no ha sabido explicar por qué actuó como lo hizo porque lo más probable es que ni siquiera él lo entienda", aseguró Weiss.

El siguiente paso, tras la terapia psicológica, es "proporcionar las herramientas necesarias para evitar recaer en lo mismo", aprender a calmarse y a buscar comportamientos que satisfagan la tentación, dado que el deseo de reincidir "le acompañará el resto de su vida".

Ante ese panorama, Weiner parece decidido a redimirse de la conducta que le ha costado su asiento en el Congreso, pero no faltan quienes le piden que haga de su capa un sayo y aproveche que está en boca de todos para hacer de ello una nueva carrera.

Como ya hizo el actor David Duchovny al protagonizar una serie sobre un adicto al sexo meses después de reconocer su propio problema, el congresista tiene la oportunidad de olvidarse de la terapia y aceptar, en cambio, el puesto de trabajo que le ha ofrecido el magnate de la industria pornográfica Larry Flynt.

jueves, junio 09, 2011

Capítulo 13: El Perfil Espectral de Tendencias.

En los capítulos iniciales de esta teoría, he hecho alusión a dos conceptos de gran trascendencia. Ellos son la inmutabilidad total o casi total de las tendencias innatas que caracterizarán a las personas durante su vida, una vez que ellas se han establecido, y el otro es la extrema variabilidad en la intensidad que cada tendencia puede tener si comparamos unas personas con otras.

Debemos acotar lo que entendemos por tendencias innatas, diferenciándolas de los instintos básicos de supervivencia, que provocan respuestas primarias más simples, y que son más o menos similares en todas las personas.

Las tendencias a que nos referimos son aquellas inclinaciones o rechazos que las personas sienten ante cualquier estímulo, las cuales pueden tener rasgos discriminatorios bastante finos. Ellas son las mencionadas en el capítulo cuarto, de mayo de 2008, donde aparecen entre otras: la tendencia a ejercer la violencia y/o a la amenaza para obtener determinados resultados, efectos o beneficios, la tendencia a usar el engaño y/o la simulación, la tendencia a obtener y detentar gran poder y capacidad de dominio sobre los demás, la tendencia a poseer grandes riquezas, en territorios, en especies, y en dinero, la tendencia más o menos preferente y más o menos excluyente a la heterosexualidad, a la bisexualidad, a la homosexualidad, (entre las inclinaciones sexuales más prevalentes), la tendencia a la religiosidad, etc etc, para mencionar sólo algunos ejemplos.

Lo notable es que salvo casos muy excepcionales, a veces marcados por eventos catastróficos o muy traumáticos, en general las personas mantienen su naturaleza propia, su "forma de ser y de sentir" bastante invariable durante toda la vida, o sea, la configuración de estas tendencias acompaña a cada persona por mucho tiempo sin experimentar cambios fundamentales.
Hemos dicho también que estas tendencias no son materia de libre elección por parte de cada persona, pues provienen del cerebro primario y son "sentidas o experimentadas" tal como vienen, y juegan un papel muy importante en la toma de decisiones de conducta.
Muchas personas creen estar "decidiendo libremente" cuando siguen sus tendencias, y se sienten sojuzgadas cuando se las estimula o presiona para que cambien su proceder. Desde este punto de vista aparece la paradoja de que la persona sería más libre y más racional cuando decide en contra de lo que "realmente quiere en ese momento".

También hemos dicho que la instalación de tendencias en el cerebro primario de los seres humanos se produce no en forma cualitativa sino en forma cuantitativa. Dicho en otras palabras, no es que las personas puedan tener algunas tendencias pero no otras, sino que todas están siempre presentes, pero con intensidades variables, que pueden ir desde un mínimo hasta un máximo.

Con todos los elementos previamente caracterizados, podríamos decir que cada persona tiene un perfil propio y único en cuanto a la intensidad de cada una de sus tendencias,o sea, su propio Perfil Espectral de Tendencias.

Así, al analizar y distrbuir a las personas según su perfil, dado que existirán todas las combinaciones posibles, distribuídos estadísticamente, habrán perfiles parecidos, perfiles muy opuestos, o perfiles en que no pueda hacerse comparaciones o diferenciaciones con facilidad.
Como hemos dicho antes, está en este perfil, propio de cada persona, el origen fundamental de sus gustos y opiniones verdaderas (que no siempre se confiesan o declaran públicamente), y también, por lo tanto, el origen de sus vocaciones. Por ello reside allí la clave para que las personas puedan sentirse más o menos realizadas en sus vidas, al confrontar sus logros con aquellos objetivos innatos que les son más preciosos.

Cuando y cómo se establecen estas tendencias en cada persona?

En el capítulo 2 sostengo que "es como que cada uno de nosotros naciera con un filtro que le hace percibir y analizar la realidad de un modo particular, distinto e imposible de comparar con el de los demás". Este "filtro" a que aludo allí está constituído por el conjunto de tendencias que caracterizan a cada persona, y que condicionan como vemos y "apreciamos" cada cosa, cada situación, cada persona con la que tomamos contacto, entre los variados estímulos que pueden afectarnos.

De la evidencia científica actualmente disponible sobre el origen y determinación de estas tendencias, no es mucho lo que puede afirmarse con total seguridad.

Se sabe que tanto la información genética que trae cada nuevo ser humano, así como los mecanismos epigenéticos que regulan la expresión de esos genes, participan en la embriogénesis y diferenciación celular, en la conformación de órganos y estructuras del nuevo ser, y también en la conformación más fina de los circuitos neurales. Sin embargo, en esta última parte, comienzan también a intervenir estímulos provenientes del medio externo, a través de los sentidos, durante los primeros años de vida de la persona.

Existe probablemente, aparte de lo anterior, algunas expresiones genéticas acotadas que podrían producirse por combinaciones más o menos azarosas de todos los factores antes mencionados, siendo ello muy conveniente desde el punto de vista de la necesaria variabilidad de la expresión genética, indispensable para la concreción de los mecanismos de selección natural que permiten la evolución de las especies.

Con todo, aún sin poder precisar hasta el momento la participación exacta de cada factor en la generación de las tendencias en el cerebro primario de cada persona, sí podemos sostener que ello se va produciendo en lo fundamental desde el período fetal hasta el cuarto o quinto año de vida, y al establecerse, estas tendencias constituyen fuertes condicionantes de conducta que han llegado para quedarse.

Cuánto del resultado final venía predeterminado genéticamente, y cuanto y cómo se "va determinando por el camino" es una pregunta que aún deberá esperar algún tiempo para poder ser respondida con bases científicas suficientemente sólidas.

Sin embargo, el avance del conocimiento es incontenible, por lo que más temprano que tarde, dispondremos de nuevas luces para poder seguir hurgando en estos fascinantes temas.

Jorge Lizama León
Santiago, junio 2011.