domingo, julio 04, 2010

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Español que optó por fallecer tras grave enfermedad: Acepto mi vida y mi muerte como algo inseparable.
Daniel Mateo Martínez sufrió de esclerosis lateral amiotrófica, lo que debilitó sus músculos.
Renunció al tratamiento médico y optó por fallecer.
Cooperativa.cl

Daniel Mateo Martínez padeció una enfermedad degenerativa incurable, llamada esclerosis lateral amiotrófica (ELA), que debilita los músculos hasta dejarlos inservibles, por lo que tomó la decisión de dejar de existir el día que él eligió.
Antes de morir, Mateo Martínez grabó un video en el hospital de La Paz de Madrid, donde se encontraba, debido a que los siquiatras pensaron que podía servir de ayuda a otros enfermos ver cómo un hombre lúcido afrontaba la muerte con serenidad, el que fue publicado por El País, de España.
"Me he dado cuenta de que la vida puede ser muy buena o muy mala según tengas o no salud", reflexionó Daniel el día 25 de noviembre de 2008, muriendo sedado por la Asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) sólo unos días después, el 5 de diciembre.
"Me llevo un buen recuerdo de todos, también os queda mi recuerdo. Acepto mi destino y estoy en paz, sin miedo, odio, rencor, culpa ni ningún problema de conciencia. Acepto mi vida y mi muerte como algo inseparable. Nuestros planes no siempre suceden. Quizás no hay principio ni fin, sino un proceso infinito de creación y destrucción", señaló al despedirse de su familia.
Aunque lo vivido por Daniel Mateo puede parecer un claro caso de eutanasia, no lo es, ya que este paciente renunció al tratamiento que lo mantenía con vida y pidió que lo mantuvieran sedado, un acto que es legal desde la promulgación de la Ley de Autonomía del Paciente, de 2002, en España.
En cambio, el Código Penal sí persigue la eutanasia con una pena de prisión de dos a cinco años al que coopere con actos necesarios al suicidio de una persona y penas en grado menor a quien cause o coopere activamente con actos necesarios y directos a la muerte de otros por la petición expresa, seria e inequívoca de éste, en el caso de la que víctima sufriera una enfermedad grave que conduciría necesariamente a su muerte.