domingo, agosto 17, 2008

Artículo Relacionado: Prevención del Delito en España.

España estudia soluciones médicas y electrónicas para delincuentes no rehabilitados.
Proyecto propone medidas coactivas para condenados por delitos sexuales.
EFE
El Gobierno español propuso un proyecto de ley que incluirá una serie de medidas para controlar a los delincuentes no rehabilitados que hayan cumplido su condena y que podrían incluir medios electrónicos de seguimiento e incluso tratamientos médicos.
El ministro de Justicia, Mariano Bermejo, explicó que se busca evitar que esos criminales no rehabilitados "dejen a la sociedad en un estado de indefensión".
Contra los delincuentes sexuales, el ministro señala que se estudian diversas soluciones de control, "como limitaciones de libertad que pueden añadir medios electrónicos de seguimiento, pero también medidas coactivas para, si se puede, obligar a tratamientos médicos a este tipo de delincuentes que los necesitan".
Casos polémicos
En el caso de los terroristas que hayan cumplido su condena el objetivo es "ver si existen resquicios en la ley por el que se cuelan determinadas situaciones que no queremos aceptar".
Bermejo aludió así a la polémica suscitada en España por el caso del activista del grupo terrorista ETA Iñaki de Juana Chaos, condenado por una veintena de asesinatos y que acaba de salir de la cárcel, con la particularidad de que tiene su domicilio en la misma calle que familiares de algunas víctimas de esa banda.


También ha sido motivo de discusión la excarcelación de un violador con varias agresiones tras cumplir dieciséis de los 311 años que se le impusieron.

jueves, agosto 07, 2008

Artículo Relacionado: Terapias para "Curar" la Homosexualidad.

Sexóloga denunció que en España aún se hacen terapias para dejar de ser gay.El Colegio de Psicólogos español no permite tratar este tipo de casos, ya que considera que no es un trastorno.
EFE
Aunque la reconocida Asociación Norteamericana de Psiquiatría excluyó en 1973 la homosexualidad de su lista de patologías, en España, 35 años después, aún se llevan a cabo "de manera encubierta" terapias para "reparar" la orientación sexual.
Así lo denunciaron la sexóloga Noemí Domínguez y una de las víctimas de esos tratamientos, Angel Llorent.
A lo largo de estos años la comunidad científica ha demostrado y aceptado que la homosexualidad no es ninguna enfermedad mental y que, por tanto, ni gays ni lesbianas requieren de intervención terapéutica alguna, a excepción de que vivan su orientación sexual de forma conflictiva.
Sin embargo, un colectivo minoritario de psiquiatras y psicólogos sigue defendiendo que la homosexualidad es una enfermedad y que, como tal, puede ser tratada mediante las denominadas terapias reparadoras o de conversión.
En el caso de España, Domínguez explicó que hay especialistas que llevan a cabo terapias "encubiertas" con el fin de lograr que un homosexual deje de serlo, pese a que la orientación sexual de las personas "no se puede cambiar".
"Hoy en día el Colegio de Psicólogos no permite tratar este tipo de casos porque no son un trastorno. Pese a todo, hay gente que aún cree que la homosexualidad es un problema, una desviación o un trastorno mental", insistió la psicóloga y sexóloga, del Instituto de Estudios de la Sexualidad y la Pareja de Barcelona.
Secuelas de la las terapias de "reparación"
Los efectos de estas terapias, que suelen desarrollarse durante varios años, pueden llegar a ser "destructivos", pues provocan daños emocionales, psicológicos, profesionales y hasta económicos a quienes los sufren, al tratarse de procesos excesivamente largos y costosos.
Prueba de ello es el caso del barcelonés Angel Llorent, quien explicó a que pasó 12 años de su vida acudiendo a la consulta de un psiquiatra que, presuntamente, iba a ayudarle a superar la "enfermedad" que le hacía sentir atracción física hacia los hombres.
Llorent, que como la mayoría de pacientes que son tratados en estos centros acuden empujados por la presión de la familia y el entorno social más próximo, vivió de los 18 a los 30 años llevando "una doble vida".
Durante ese tiempo salía con mujeres a las que no quería, practicaba deportes considerados masculinos, censuraba sus propios pensamientos y, en definitiva, simulaba ser una persona que no era.
"Después de doce años de tratamiento consideraron que me había curado y dejé de ir a la terapia, pero yo sabía internamente que aún tenía los mismos deseos", explica Llorent, que decidió entonces poner fin a esta pantomima y comunicar a su familia lo que no se había atrevido a decir durante tantos años: que era homosexual.
Llorent, que ahora tiene 40 años, tuvo la suerte de contar con el apoyo de su familia, aunque sufrió el rechazo de sus amistades, vinculadas en su mayoría, como él, al mundo eclesiástico y cristiano de base.